Felipe Loyola sigue brillando en Argentina. El volante chileno anotó dos goles en el último triunfo de Independiente ante Godoy Cruz, consolidándose como una de las figuras del equipo. En el Estadio Libertadores de América, la hinchada lo ovaciona con cánticos de «Chileeeeno», reconociendo su gran momento.
El medio chileno, de 24 años, se ha convertido en pieza clave para Independiente y también para la Selección Chilena, donde Ricardo Gareca lo ha utilizado tanto de lateral como de mediocampista. Su rendimiento no ha pasado desapercibido en Europa: clubes como Juventus y Bayern Munich lo siguen de cerca, y su valor en el mercado ya supera los US$15 millones.
El camino que lo alejó de Colo Colo
Loyola se formó en las divisiones inferiores del Cacique, pero en 2020 fue enviado a préstamo a Fernández Vial, donde se coronó campeón de la Segunda División. Nunca regresó a Macul, y en 2021 recaló en Huachipato, donde explotó su potencial. Su buen rendimiento lo llevó a Independiente en 2023, en una operación en la que los acereros retuvieron el 50% de sus derechos económicos.
Desde Colo Colo, las versiones sobre su salida son diversas:
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Ariel Paolorossi, exjefe de formativas, asegura que lo envió a préstamo para que ganara experiencia.
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Gualberto Jara, su último entrenador en el club, sostiene que tenía nivel para el primer equipo.
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Fuentes internas reconocen que «es difícil prever el desarrollo de un juvenil», citando casos de jugadores que debutaron y luego no cumplieron las expectativas.
Mientras Huachipato espera una futura venta millonaria, Colo Colo solo recibiría un 5% por derechos de solidaridad, una fracción mínima comparada con lo que podría haber obtenido de haberlo retenido.
Hoy, Loyola es una de las promesas chilenas más cotizadas, y su historia sirve como recordatorio de lo impredecible que puede ser el crecimiento de un futbolista.
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