Después del empate sin goles ante Ecuador que prácticamente dejó sentenciada la suerte de la Roja en estas Eliminatorias, había expectación sobre lo que pudiese suceder con la suerte de Ricardo Gareca. Algunos más ilusos esperaban que renunciara inmediatamente tal como lo hizo Eduardo Berizzo tras igualar como local ante Paraguay. Sin embargo, nada de eso pasó. Al contrario, el Tigre manifestó su firme deseo de permanecer hasta el término del proceso.
“El clima no fue el mejor, por lo menos para nosotros. Para mi no fue el mejor. Pero bueno, soy muy respetuoso en cuanto a las manifestaciones que se puedan llegar a hacer. Pero también soy respetuoso del contrato. También me gusta esta clase de desafíos. Y bueno, me gustaría tener la posibilidad de poder terminar todo esto”, fue la frase del DT que descolocó a muchos.
“Ahora después, lógicamente, entiendo el disgusto, entiendo el malestar. Todo lo que de pronto puede llegar a ocurrir. Pero no creo que sea momento como para que nosotros dejemos la situación en estos momentos. Me gustaría estar, por lo menos, de parte nuestra. Me gustaría estar al lado de los muchachos. Me gustaría estar al lado, al frente de esta situación, tratar de revertirla de alguna manera u otra”, insistió el argentino.
Las palabras de Gareca ponen en un nuevo aprieto a Pablo Milad. El presidente de la ANFP admitió el delicado momento. “Las decisiones son personales, a veces uno tiene que renunciar a algo si no se ha cumplido. Cuando hicimos el contrato, Gareca era optimista, de hecho, no había un premio alto por el repechaje. Ya es imposible llegar a clasificar directo”, planteó.
El curicano, con una cruda sinceridad, reconoció el desastroso escenario financiero que vive la entidad que encabeza, lo que hace muy poco probable despedirlo sin llegar a un acuerdo antes. “Analizaremos fríamente, la pasión de un dirigente uno tiene que dejarla de lado. El finiquito sería altísimo si lo desvinculamos hoy, tenemos que analizar con el directorio. Son decisiones que se toman en conjunto, lo mismo hicimos para traer a este técnico que también quería ustedes. Tendremos que conversarlo de manera profunda y en frío. En camarines es complicado”, advirtió.
Y es que precisamente una de las altas trabas es el sueldo que el entrenador percibe. Por llegar a la Roja cobró US$ 2,7 millones al año, por lo que despedirlo costaría pagarle su sueldo de US$ 225 mil hasta septiembre, lo que da un total de US$ 1.350.000, que hoy la ANFP no tiene. Es por eso que la cita anunciada por Milad para fines de esta semana asoma como fundamental para resolver la situación.
Un contrato de lujo
El contrato que cerró Gareca con la ANFP incluye varias regalías. El entrenador tiene derecho a un departamento de tres dormitorios en Las Condes, Vitacura o Lo Barnechea. Todas las cuentas relativas al uso del inmueble corren por cuenta del empleador que, además, le provee un computador y un teléfono móvil que Gareca se compromete a devolver.
El técnico cuenta con tres pasajes al año en business (con destino Argentina, Perú o Colombia), que deben ser requeridos con 30 días de anticipación al al gerente general. Además, la ANFP tiene que costearle el ticket de vuelta al momento de dejar su cargo. Esto, sin embargo, no es ningún beneficio ya que es un obligación del empleador según la ley de extranjería.
Además, contemplaba un bono de US$ 2,5 millones por clasificar al Mundial y US$ 1 millón en caso de llegar al repechaje, entre otras garantías.
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