La reunión de directorio de Blanco y Negro, que se prolongó durante dos horas y media y correspondía al ejercicio de febrero, terminó de manera bochornosa durante el último punto de la agenda. En el segmento de “puntos varios”, los ánimos se encendieron hasta desencadenar un altercado que concluyó con Aníbal Mosa derribado y, posteriormente, trasladado a la clínica Bupa en silla de ruedas para constatar lesiones.
El incidente se desató cuando se discutió la contratación del nuevo gerente de Operaciones, Gustavo Poblete, cargo que había sido ocupado previamente y cuya designación se realizó sin consultar al directorio. Carlos Cortés, representante del Bloque Vial y crítico acérrimo de Mosa, reprochó abiertamente al presidente por “cocinar” la votación con el Club Social sin someterla al consenso del directorio. Según testigos, en medio de la discusión Mosa habría invitado a resolver el conflicto a golpes fuera de Casa Alba, lo que desató aún más la tensión.
Una de las versiones indica que, tras dos ocasiones en las que Mosa propuso pelear, Cortés se abalanzó sobre él, y el presidente, al intentar retroceder, se enredó en unos cables del televisor del salón, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo. Otros presentes aseguran que Mosa fue objeto de golpes en el cuello y en el tobillo izquierdo, lo que le obligó a acudir en compañía de Carabineros para constatar sus lesiones. De acuerdo con declaraciones de Alejandro Droguett, uno de los directores del Club Social que respaldó la designación de Poblete, Mosa terminó el incidente en una silla de ruedas, con una bota en la pierna izquierda y portando un cuello ortopédico.
El encuentro se realizó de forma presencial y también fue transmitido vía Zoom, ya que solo asistieron personalmente unos pocos directivos, entre ellos Mosa, Stöhwing, Droguett, González y Cortés. Esta grabación será fundamental para esclarecer el desarrollo de los hechos, pues existen versiones encontradas: mientras algunos sostienen que Mosa fue instigador de la pelea, otros, incluido el propio Bloque Vial, afirman que fue Cortés quien respondió a las provocaciones.
El escándalo no solo dejó un mal sabor de boca, sino que ya se barajan acciones legales. El directorio de Blanco y Negro, respaldado por el sector opositor, planea utilizar los antecedentes del incidente –incluyendo las agresiones previas de Mosa contra otros directivos– para ampararse en los estatutos de la concesionaria y buscar la inhabilitación de Cortés en la mesa directiva. Mientras tanto, Pablo Milad, presidente de la ANFP, ha expresado su indignación y anunció que evaluará la situación en conjunto con el Tribunal de Honor, destacando que “no podemos permitir que se altere el buen comportamiento de los hinchas y dirigentes, lo que afecta la imagen del fútbol”.
Con la Junta de Accionistas programada para abril, el clima en Blanco y Negro se encuentra en máxima tensión, y la reciente pelea promete reconfigurar el equilibrio de poder en la concesionaria de Colo Colo.
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