En La Cisterna se juega el séptimo minuto de adición del partido que, finalmente, mantendrá a Colo Colo en la cima de la tabla. El palestinista Juan Fernando Garro y el colocolino Erick Wiemberg disputan el balón y es el local el que saca la peor parte. Termina en el suelo, con una lesión en el rostro. El árbitro Mathías Riquelme adopta la decisión más drástica: se lleva la mano al bolsillo y expulsa al valdiviano. Presume que hay una conducta violenta y que, por lo tanto, corresponde que abandone el campo de juego antes de tiempo.
En el Cacique se inquietan. No por la resolución del partido, que está a punto de llegar a su final, sino por la pérdida de una pieza fundamental justo cuando está definiéndose el título del Campeonato Nacional. Teóricamente, por tratarse de una expulsión directa, el carrilero debería ser suspendido por dos jornadas. Justo las que quedan para que el certamen llegue a su fin.
Colo Colo defenderá a Erick Wiemberg
En Macul, la decisión está tomada: defenderán al zurdo. Técnicamente, no se puede hablar de apelación, porque esa figura operaría en el caso de que el Tribunal de Disciplina dicte una sentencia desfavorable. En la práctica, lo que sucederá es que el Cacique se presentará con toda la argumentación posible a la próxima sesión de la corte deportiva, a la que también tienen que concurrir por la citación relativa a la denuncia que formuló Héctor Jona por la presencia de un funcionario albo, el coordinador Víctor Vidal, en la zona de exclusión durante el partido entre Huachipato y los albos, en el estadio CAP, en el que Jorge Almirón estaba impedido de dirigir y de contactarse con sus colaboradores.
La convicción en el Cacique respecto del error del juez Riquelme en la determinación que adoptó con Wiemberg es absoluta. “No es una acción para expulsión”, sentencia a Daniel Morón, el gerente deportivo del club albo, a El Deportivo. En el Cacique explican que las consecuencias que sufrió Garro producto del contacto (el club árabe informó una fractura en el pómulo izquierdo) no implican, necesariamente que haya existido una infracción ni menos que merezca ser castigada con la mayor drasticidad.
El antecedente
En Pedrero aluden a un antecedente que, esa vez, les favoreció. En abril, en el partido ante Everton, Ignacio González, el arquero ruletero, recibió la misma determinación por una infracción sobre Guillermo Paiva. Fernando Véjar, después de recibir el llamado del VOR, la cabina en que se administra el VAR, le sacó la roja. Sin embargo, el Tribunal de Disciplina dejó al portero sin sanción. La absolución le permitió actuar en el partido siguiente, frente a Audax Italiano. “Es un antecedente”, dice Morón.
Los albos insisten en que la roja para Wiemberg no se justifica. “Es una jugada absolutamente lícita. Hay un choque con el hombro. No hay una jugada agresiva. Nada que ver. Sí, lo vamos a defender”, sentencia.
Fuente: La Tercera
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