Si bien Colo Colo tiene asegurada su presencia internacional para 2024, el objetivo es situarse en la fase de grupos de la Copa Libertadores, teniendo en un humilde equipo paraguayo su último escollo. El Cacique quedó con un sabor amargo en su visita a Asunción, porque solo empató 1-1 con Sportivo Trinidense, que en la fase 2 dejó en el camino a El Nacional de Ecuador. El aparente favoritismo de los chilenos no se manifestó.
En semana de Superclásico, que sigue siendo el partido más mediático del fútbol nacional pese a lo devaluado y disparejo del evento, el equipo de Jorge Almirón debía salir airoso de su periplo por Asunción. Por lo mismo, dispuso del equipo estelar, el que reserva para la Copa, salvo por una excepción: Arturo Vidal.
Pese a las molestias físicas que acarrea, el King viajó igualmente a Paraguay con la delegación. El DT decidió dejarlo fuera de la convocatoria. Ni a la banca. El 23 vio el partido desde la tribuna. Lo reemplazó Vicente Pizarro, con lo cual no alteró en demasía la estructura que le resultó ante Godoy Cruz: el 4-3-3, con Carlos Palacios de falso 9.
A priori, no habían equivalencias entre uno y otro elenco. Por eso, la misión de Colo Colo era comenzar a cimentar su acceso a la ronda decisiva, aquella tan anhelada en lo deportivo y también en lo financiero (son US$ 3 millones solo por estar en la fase grupal). Trinidense, además, es el colista de la liga paraguaya con siete derrotas en ocho partidos.
Pero la Copa Libertadores es particular. Es otra cosa.
Durante la primera parte del juego, Colo Colo fue paciente en mover el balón, ante un rival cerrado, que trataba básicamente de salir contraatacando. El dominio de la pelota corrió por el cuadro albo, arrinconando al “Triki” en su campo. El local, eso sí, no se veía incómodo con el trámite así, porque era parte de su estrategia y porque tenía conciencia de que el peso del encuentro lo tenía que llevar el Cacique.
Si bien es cierto que los chilenos llevaban el juego, no es menos cierto que no generaba peligro real en el área rival. Un remate elevado de Vicente Pizarro (30′) y otro disparo de Erick Wiemberg controlado por el meta Samudio (35′) era lo más cercano. Carecía de una referencia ofensiva, que sirviera de faro para los ataques. Levantar la pelota sin un 9 nominal era insulso. Un equipo modesto, discreto y mezquino como Sportivo Trinidense le enredaba el partido a Colo Colo, más aún con la apertura de la cuenta.
En los 36′, el local hizo el 1-0 gracias a una volea de Juan Salcedo, que dejó estático a Brayan Cortés. Todo nació de un lateral. Los albos no lograban descifrar el crucigrama planteado por los paraguayos, que cerraban los espacios. Esto puso tenso a un cuadro colocolino que necesitaba de un revulsivo. El 85% de posesión del primer tiempo es un dato referencial, pero inservible.
Un duelo incómodo
Almirón movió el tablero y el sacrificado fue Vicente Pizarro, para la entrada de Guillermo Paiva. Un partido incómodo y cuesta arriba enfrentó Colo Colo en el complemento. Ni siquiera sacó rédito al balón detenido. La opción más concreta fue un tiro libre de Palacios en los 42′, que fue despejado por el portero local.
El susto sucedió en los 52′, cuando un remate en el poste de Fernando Romero casi provoca el 2-0 de Trinidense, lo que hubiera sido un golpe casi de nocaut para el partido. El ritmo del partido no era comparable con lo que tuvo el Cacique ante Godoy Cruz, porque en este caso, los paraguayos, no acostumbrados a estar en estas instancias, no arriesgaban.
A la hora de partido, una jugada personal de Paiva terminó siendo el revulsivo que pedía Colo Colo, porque finalizó en el empate de Cristián Zavala. El ex Curicó Unido aprovechó un rebote en un poste para poner el 1-1 y dejar el cotejo con una sensación menos amarga. El ex Olimpia entró encendido, generando más movimiento en el área local. Esto servía para reemplazar la ausencia de un Carlos Palacios apagado, que no le daba soluciones a la ofensiva de los blancos.
En rigor, el resultado no es malo para el cuadro popular. Sin embargo, queda un sinsabor de no poder demostrar lo mejor de su repertorio, que se vio en sus partidos anteriores, ante un adversario muy limitado y claramente inferior. Desde 1967 que Colo Colo no gana en Paraguay por la Copa Libertadores (fue un 1-0 a Cerro Porteño).
La revancha de la próxima semana, en Macul, pasará claramente por lo que pueda realizar Almirón y compañía, al tener la obligación de no fallar en casa y porque la historia de ambos cuadros inclina la balanza. Eso sí, antes hay un desafío no menor: Universidad de Chile.
Ficha del partido
Sp. Trinidense 1: V. Samudio; C. Benítez, G. Flores, D. Villalba, W. Alonso; J. Román (70′, B. Andrada), L. De la Cruz (76′, J. Bonetto), M. Riveros (85′, A. Pereira), J. Salcedo, P. Delvalle (77′, T. Rayer); y F. Romero (70′, O. Giménez). DT: J. Arrúa.
Colo Colo 1: B. Cortés; O. Opazo, A. Saldivia, M. Falcón (87′, E. Amor), E. Wiemberg; V. Pizarro (46′, G. Paiva), E. Pavez, L. Gil; C. Zavala (80′, M. Moya), C. Palacios y M. Bolados. DT: J. Almirón.
Goles: 1-0, 36′, Salcedo, de volea luego de un lateral; 1-1, 60′, Zavala, aprovecha rebote en un poste.
Árbitro: A. Herrera (VEN). Amonestó a De la Cruz, Villalba (ST); Palacios, Falcón, Opazo, Amor (CC).
Estadio Tigo La Huerta, Asunción. Asistieron 3 mil personas, aprox.
Fuente: La Tercera
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