El retorno de Arturo Vidal abre en la memoria otros casos de regresos notables. Uno de los primeros que marcó este ciclo fue el de Marcelo Salas, quien en julio de 2005 volvió a Universidad de Chile después de nueve años entre River Plate de Argentina, además de la Lazio y la Juventus de Italia.
Una contratación que llegó a puerto después de semanas de tira y afloja. En esa oportunidad el jugador aseguró que “mi deseo es estar acá, si no es Universidad de Chile no es ninguno, esa es la idea. No estoy con ganas de salir del país, estoy con ganas de estar acá y ojalá se dé lo de la U”.
Diferencias que alargaron las tratativas, las cuales se fijaron especialmente en el salario del temuquense . Porque el club no estaba en condiciones de solventar la llegada del Matador sin un socio. Así debió hacer una alianza con la empresa Mercom para llegar a las pretensiones del delantero. tal como lo reconoció en ese entonces el propio atacante.
“La negociación con la U y la empresa que está viendo este tema están muy avanzadas. Existen muy buenas probabilidades de que se dé. Mi deseo es ese, poder llegar a un buen entendimiento para todos y ojalá jugar en la U”, dijo Salas poco antes de la firma final.
Una situación que trajo a colación la contratación de Vidal por Colo Colo. En medio de las tratativas, el exarquero azul Johnny Herrera entregó cifras sobre el regreso de Salas, según el comentarista, muy lejos del millonario salario al que optaba el volante de los albos.
“Estamos hablando de cifras que son estratosféricas para nuestro medio. Si él tiene ganas de llegar a Colo Colo, yo creo que es un sueldo más que suficiente (…) El Matador cuando vino a jugar a Universidad de Chile llegó por siete mil dólares”, dijo Herrera en TNT Sports.
La llegada del 11
Sin embargo, la suma a la que alude el exportero no es del todo correcta. Cuando el Matador decidió venirse a Chile tenía contrato vigente en Argentina. Tras el llamado del presidente de los azules en ese momento, Lino Díaz, el futbolista no quiso hacer un esfuerzo económico.
“Para regresar a Universidad de Chile, Marcelo Salas pidió el mismo dinero que ganaba en River Plate, que eran 60 mil dólares mensuales. El club solo le pagaba 7 mil dólares y la diferencia la cancelaba nuestra empresa con cargo a siete partidos, de los cuales no jugó nunca, porque llegó lesionado”, explicó Jorge Barrera a El Deportivo, expresidente de Mercom, la empresa que financió la llegada.
“Salas nunca cobró 7 mil dólares. Quería el mismo contrato de River Plate, esa fue su condición. La U le pagaba la realidad que tenía en ese entonces, pero no se bajó ni un peso. Marcelo Salas no sacrificó ni un solo centavo para volver a la U. El club nos pidió el apoyo y nosotros accedimos, con ese contrato publicitario. Era un contrato triangular”, sostiene.
Pero la relación del temuquense con la empresa no fue de las mejores. El contrato establecía ciertas condiciones para pagar el salario del deportista. Requisito que, según Barrera, el propio ídolo no quiso cumplir.
“El resto del dinero, Salas lo cobraba con un contrato publicitario que me colocó muchos problemas, además, para cumplirlo. No nos quiso grabar un comercial con la marca Jumbo, por ejemplo”, explicó el mandamás de la empresa.
En la misma línea, el exgerente de la empresa que organizaba la Copa Gato, la misma que llevaba el Superclásico a provincias a inicios de este siglo, agregó que nunca se cumplió a cabalidad el compromiso.
“Jugó un solo partido y después Universidad de Chile cayó en quiebra. El señor Salas llegó lesionado y el primer semestre no jugó ninguno. Intentamos cambiarlo por la inauguración del Movistar Arena, por un showball con Diego Maradona… Contratamos a Maradona y Alejandro Mancuso y después no se pudo hacer, porque se atrasó la recepción final del Movistar Arena. Desembolsamos 500 mil dólares. Justo en eso viene la bancarrota”, dijo el empresario.
Tiempos de quiebra
El 26 de mayo de 2006, 10 meses después del retorno del talentoso delantero, la Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones Corte decretó la quiebra de Universidad de Chile debido a las deudas por cerca de 5.700 millones de pesos que el club mantenía con la Tesorería General de la República.
Un evento que trastocó todos los planes de la institución, ya que se incautaron, bajo inventario, toda la documentación y los bienes como la Ciudad Deportiva en El Noviciado, la sede de la calle Campos de Deporte, además de los pases de los jugadores.
“La U quebró y Salas reclamó una indemnización del ciento por ciento del contrato por incumplimiento. Entonces nosotros verificamos el contrato en la quiebra, porque no podíamos obligar a Universidad de Chile a jugar los partidos. Nuestros asesores legales nos dicen que es imposible seguirle pagando a Marcelo Salas, porque todos tenemos que comparecer en la junta de acreedores”, relata Barrera.
Incluso, aclara: “Después, el síndico que llegó (José Manuel Edwards) nos cita y nos dice que Salas no seguirá jugando estos amistosos porque el club cae en quiebra y se interrumpen todos los derechos”.
De acuerdo con el testimonio del empresario, la medida no le agradó al exjugador de la Juventus, quien recurrió a la justicia ordinaria para obligar al cumplimiento del compromiso.
“Marcelo Salas reclamó y nos demandó civilmente. La Corte Suprema nos dio la razón, porque no correspondía lo que exigía el señor Salas. Nosotros estábamos imposibilitados en seguirle pagando porque la U había caído en quiebra”, explicó el extitular de Mercom.
Original de La Tercera
@EstudioEstadio