El inicio de las Eliminatorias está a la vuelta de la esquina. Eduardo Berizzo ya tiene en marcha el plan con el que buscará dar el gran golpe a Uruguay, en el Centenario. Frente a la Celeste, la Roja comenzará una lucha que durará casi tres años y que tendrá como objetivo final meterse en el Mundial de México, Estados Unidos y Canadá 2026.
En la entidad que preside Pablo Milad iniciarán un proceso renovado. No tan solo por los nuevos líderes que van apareciendo en el plantel, que poco a poco comienza a dejar en el camino a Claudio Bravo, sino que también por los millonarios premios que ya se pactaron de cara al debut en las Eliminatorias.
En la cabeza del curicano venía dando vueltas hace mucho tiempo la idea de reducir los ingresos que los jugadores reciben por vestir a la Roja. Su plan no nace de un capricho, ni menos de una pasada de cuentas. Luego de varias conversaciones con presidentes de diferentes federaciones del fútbol sudamericano, el timonel se percató que en Chile se pagaban incentivos que no van acorde a la región.
A fines de las Eliminatorias que entregaban pasajes a Qatar, Milad ya daba pistas de la transformación que quería realizar. “Después de estas Clasificatorias (a Qatar 2022) se vendrá una reestructuración total e integral. Esto incluirá lo que son premios, por ejemplo. Tendremos una estructura ordenada que no existe hoy dentro de los estatutos de la Federación. Ahí se establecerán los premios de los jugadores, las citaciones, los premios en el fútbol formativo, de la Sub 20 a la Sub 23, según la participación y los resultados. Eso quedará fijado para que el día de mañana no aparezca un presidente creativo que nos amarre con pagos a través del tiempo”, decía en una entrevista concedida a El Deportivo.
Por lo mismo, durante las últimas semanas, se le encomendó a Pablo Silva, el gerente general, la siempre difícil misión de negociar con los futbolistas. Los primeros encuentros no fueron fácil. El ex gerente de Azul Azul no tuvo buena recepción porque los futbolistas no lo conocían. Con el pasar de las semanas, se comenzó a generar un acercamiento que hoy es celebrado en Quilín.
Entre las peticiones, Milad le ordenó que desde este proceso se debían acabar el pago por citaciones. Cabe recordar, que durante el último proceso a Qatar 2022 los futbolistas recibían US$ 13.200 por cada vez que aparecían en las planillas del proceso eliminatorio. Es decir, en una doble fecha eliminatoria, sin jugar un minuto, el seleccionado escogido por el DT se aseguraba US$ 26.400. A eso, se le sumaban millonarios premios por victorias y empates. Esto mismo, provocó que la ANFP aún deba más de $ 2.800 millones a los seleccionados, que tuvieron que ser pactados en cómodas cuotas.
Por ejemplo, el detalle de los premios pactados para Rusia 2018 fue el siguiente: US$ 20.000 para cada jugador por cada partido ganado de local; US$ 25.000 por partido ganado de visita; US$ 10.000 por empate de local; y por partido empatado de visita: US$ 15.000 por jugador. Estos pagos no podían exceder los US$ 6 millones en total y tenían un tope de 23 futbolistas máximo.
Sin embargo, no era el único desembolso que estaba acordado, ya que la ANFP además se obligaba a pagarle US$ 7 millones al plantel de la Roja, bajo la condición de que obtuviera el objetivo de la clasificación a la Copa del Mundo. Estos suculentos premios fueron firmados por Jaime Baeza y Antonio Martínez, primer y segundo vicepresidente de la sede de Quilín, el 10 de noviembre de 2015, una semana antes de que la Selección dirigida por Jorge Sampaoli viajara a Montevideo para enfrentar, precisamente, a Uruguay.
La mesa negociadora de los futbolistas sufrió un remezón. Gary Medel y Arturo Vidal lideran el grupo, pero acompañados por rostros nuevos: Guillermo Maripán y Gabriel Suazo representan a la nueva camada de jugadores. En la ANFP, en tanto, operó Pablo Silva y Rodrigo Robles, el gerente de selecciones.
Antes de viajar a Uruguay, los seleccionados llegaron a un acuerdo, que fue firmado este jueves, en Juan Pinto Durán, según información recabada por El Deportivo. De entrada, los futbolistas, en caso de meterse al Mundial 2026, recibirán US$ 5 millones de los US$ 10 que reparte la FIFA a los 48 países que participarán del evento. Será el mismo monto que se ofreció para Qatar 2022.
El gran cambio, sin embargo, radica en que los depósitos a las cuentas personales de los jugadores por citación llegaron a su fin. La fórmula que mandará en Quilín apunta al pago por puntos conseguidos. Si la Roja suma de a tres unidades, a los futbolistas se les cancelará US$ 6 mil. Si rescatan una unidad, se les depositará US$ 3 mil. En caso de llevarse una derrota, los elegidos por Berizzo se devolverán sin ningún tipo de pago a sus respectivos clubes.
No fue una negociación fácil. Fueron varias semanas de conversaciones, en las que costó llegar a un acuerdo. Por lo mismo, se les ofreció a los jugadores otro tipo de bonificación que ayudó a cerrar el trato. Los futbolistas podrán anotar a tres rivales de visitantes y en caso de vencerlos, se les pagará un premio doble (US$ 12 mil por encuentro).
Lo cierto es que en la ANFP celebran la rebaja considerable en el pago de premios. Más cuando en Quilín sigue latente la delicada situación económica. Tras el golpe que significó la partida de Coca Cola, la FFCh abrochó a MG Motor, empresa automotriz con la que firmó un importante contrato de auspicio por el período 2023-2026, a cambio de US$ 11,6 millones. Antes, en marzo pasado, el Banco BCI fue el que se integró a la lista de auspiciadores del combinado nacional, en reemplazo del Banco Santander, otro de los socios más emblemáticos de la Federación, pero que también optó por irse. Y ahora, a dos semanas del debut en las Eliminatorias para el Mundial de Canadá, Estados Unidos y México 2026, la selección chilena sumó tres nuevos sponsors: la aerolínea Sky, Pedidos Ya y de la empresa McDonald’s.
En los ingresos por televisión sí se sufrió una brusca caída: la asociación pretendía vender los derechos del proceso relativo al próximo Mundial en US$ 120 millones, pero solo recibió ofertas por la mitad. Al final, 1190 Sports y Mediapro terminaron desembolsando US$ 75 millones por el producto estrella del fútbol chileno. Vale decir, una cantidad que obliga, cuando menos, a mantener los pies sobre la tierra a la hora de los gastos.
Original de La Tercera
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