Jordhy Thompson puso a Colo Colo de cabeza. Mientras los albos se alistaban para enfrentar a Monagas, por la Copa Libertadores, un posteo de Camila Sepúlveda, la expareja del jugador, acusando nuevos malos tratos de su parte, convulsionaron todo. En el Cacique tuvieron que distraer la atención nuevamente. A modo de ejemplo, el técnico Gustavo Quinteros tuvo que alternar explicaciones futbolísticas con las relacionadas con el tratamiento que estaba recibiendo el jugador. Este miércoles, recibió reproches de la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana. Y el club, salir a aclarar situaciones que, incluso, develaron las declaraciones contrapuestas entre las versiones que entregaron el jugador y su exnovia.
En los albos se mezclan la decepción y la preocupación. Sienten que Thompson falló y que desperdició la oportunidad que recibió, que consideró el apoyo de profesionales. Sin embargo, no quieren dejarle solo. Por un aspecto humano y, también, porque se trata de una de las figuras de mayor proyección para el club. El antofagastino es considerado, junto con Vicente Pizarro y Damián Pizarro, como uno de los jugadores más exportables. Una joya (coincidentemente, el apodo que le daban en Macul) que, hoy corre peligro y que, necesariamente, hay que rescatar. El plan está en plena marcha.
Sacarle es la opción
A propósito de las agresiones, Thompson enfrenta varios escenarios. El primero es el repudio generalizado que han producido sus actos, que se ha manifestado, fundamentalmente, a través de las redes sociales y que incluso motivó referencias gubernamentales, como la de la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, quien rechazó las declaraciones de Gustavo Quinteros. “Eso es volver a los años en que a las mujeres se les decía ‘¿Pero usted qué hizo que enojó tanto a su marido?’ Ese es el nivel de retroceso en las declaraciones. Me parece que están muy mal enfocadas y que tiene relación con otras respuestas que hemos visto por parte de otros integrantes de la institución”, planteó la secretaria de Estado, en CNN. A nivel judicial, por ejemplo, el futbolista será formalizado por el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago por violencia intrafamiliar. La audiencia fue programada para el martes 9 de mayo, a las 11 horas. En ese contexto, hay otra poderosa señal: el 18 de abril, Pablo Larraín, el abogado que le proveyó Blanco y Negro, le quitó el patrocinio. El jugador tendrá que ser asesorado por un defensor penal público.
Hay otra arista, quizás la más trascendente. En el plano médico, Thompson comenzó a recibir tratamiento de un siquiatra. Después del primer episodio de violencia que se había conocido, había sido puesto en manos de sicólogos deportivos. Especialistas coinciden en que constituyó un error estratégico.
Ahora se abre la posibilidad de que el jugador sufra otra consecuencia más, directamente relacionada con su carrera deportiva: el club albo está evaluando la forma de sacarle momentáneamente de la institución, con la finalidad de alejarle de lo que consideran como los detonantes de sus problemas. El diagnóstico interno es categórico: le perjudica estar en Santiago, cerca de su expareja y en un club en que sus actos tienen alta repercusión pública.
En ese contexto, se evalúa la opción de cederle a una institución de provincias o, derechamente, buscarle un club en el extranjero. “Le haría bien estar lejos de Santiago”, sostienen en Pedreros. La frase, además de una declaración de buenas intenciones, parece una sentencia.
Los fantasmas
La situación de Thompson ha reflotad dos fantasmas en Macul. En el Cacique quieren evitar que el nortino emule dos experiencias que terminaron siendo traumáticas. El recuerdo más fresco es el de Juan Carlos Gaete, a quien ficharon como uno de los jugadores de mayor proyección en el fútbol chileno a fines de 2018, pero que solo defendió al club popular en seis encuentros. También por problemas personales, el delantero partió primero a Santa Cruz y luego volvió a Cobresal. Colo Colo lo recuperó en 2021, pero ni siquiera en ese momento pudo disfrutar de sus virtudes. Retornó a El Salvador, el lugar donde se sentía más cómodo y al que dejó argumentando motivos particulares. Este año recaló en Unión La Calera, donde suma nueve partidos en Primera y uno en la Copa Chile. Su proyección, que incluso lo llevó a ser considerado por Reinaldo Rueda en una nómina de la Selección está hoy, cuando menos, en entredicho.
Incluso más doloroso para los albos resulta el caso de José Aguilera. Como Thompson, el delantero es producto de la cantera del club. Sin embargo, solo alcanzó a disputar seis partidos por los albos, cuatro en el Campeonato Nacional y dos en la Copa Chile. En 2019 comenzó a deambular. Puerto Montt, San Marcos de Arica, Coquimbo Unido y Barnechea lo recibieron con el afán de aprovechar sus virtudes y de que, en definitiva, alcanzara la consolidación. La experiencia terminó mal. En 2020, fue alcanzado por una bala en un incidente que se produjo en una discoteca. En diciembre, arrojó positivo por cocaína y éxtasis. Hoy, juega en el fútbol de barrio.
Fuente: La Tercera
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