Una de las razones por las que Mauricio Pellegrino aceptó fichar en Universidad de Chile fue el empoderamiento que le entregaría Azul Azul a la dirección técnica. Y así lo reconoce el gerente deportivo, Manuel Mayo.
Por lo mismo, no es extraño que el adiestrador argentino comenzara a tomar decisiones en cuanto al plantel que desea formar para la próxima temporada y excluyera a varios jugadores de sus entrenamientos tácticos. ¿El más perjudicado? Ronnie Fernández. El exdelantero de Santiago Wanderers se quería quedar en el Centro Deportivo Azul y pelear por un puesto titular. Su idea era reivindicarse del mal año que tuvo, donde marcó solo seis goles y se vio envuelto en líos con sus compañeros, como una pelea a combos con el arquero Cristóbal Campos.
Sin embargo, no logró convencer al estratega en los días que llevan de pretemporada y si bien hoy participa de todos los trabajos físicos que realiza el plantel, no es parte de los ejercicios de sistema de juego, donde Pellegrino busca darle su sello al cuadro estudiantil.
Pero Fernández no es el único. Hay otros. Marcelo Cañete, Pablo Aránguiz, José Gatica y varios juveniles también integran este grupo. Ninguno de ellos -por ahora- está considerado para la U 2023 y ya se les comunicó que se les está buscando una salida.
De hecho, la concesionaria estudiantil no habla de “cortados”, pues siguen siendo considerados como futbolistas de la entidad académica, pero sus pases se pondrán en el mercado a la espera de un préstamo, una venta o en el peor de los casos una recisión de contrato.
“Mi labor es formar el plantel que Mauricio necesita para implementar el juego que él necesita”, dijo Mayo esta semana, dando a entender que el nuevo DT fue el que le bajó el pulgar a Marcelo Díaz, por ejemplo.
Determinación que provocó un terremoto en Universidad de Chile, ya que el volante criticó a Azul Azul: “Nunca exigí dinero, porque nunca hubo ninguna negociación y nunca hubo ninguna negociación porque nunca me ofrecieron volver”.
Fuente: La Tercera
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