Hace algunos días, a través de su cuenta en Instagram, Alejandro Medel dio una señal del giro que estaba tomando su carrera deportiva. El hijo de Gary, el símbolo de la Selección, lucía un pantalón de Colo Colo, con el número 15. La acción llamó rápidamente la atención. Por dos razones: es conocida la distancia de su progenitor con el Cacique, basada principalmente en la rivalidad con la UC y, principalmente, porque hasta hace poco estaba en San Carlos de Apoquindo. En el club cruzado había realizado toda su etapa formativa, por lo que, sumado al fuerte vínculo familiar, se daba prácticamente por descontado que la culminaría ahí y que, eventualmente, daría sus primeros pasos en el profesionalismo con el emblema estudiantil en el pecho. De hecho, su hermano gemelo, quien lleva el nombre del padre, sigue en Las Condes.
El destino lo llevó a la que alguna vez consideró como la trinchera opuesta. Hace una semana y media, comenzó a probarse en el equipo de Macul, al que llegó por recomendación de uno de los entrenadores que trabajan en el staff del equipo popular. En la UC, en rigor, Alejandro aún no estaba registrado, aunque junto con Gary junior comenzaron a ir al club a los 11 años. Sin embargo, la estadía de ambos en el club no tuvo toda la regularidad que se requiere en la etapa previa al profesionalismo, principalmente porque la distancia los obligaba a viajar para verse con el volante de la Selección. Igualmente, en San Carlos recuerda que mientras asistieron, la familia se mostraba comprometida. De hecho, era habitual que Luis, padre del Pitbull y abuelo de los menores, los acompañara a los entrenamientos.
Irremediablemente, en todo caso, se acercó el momento de tomar decisiones. Y ahí a Luis Hernán Carvallo, el técnico de la serie Sub 17 no le tembló la mano. Pidió registrar a Gary, pero consideró que a Alejandro aún le faltaba evolucionar en algunos aspectos físicos y del juego, al menos de acuerdo a la etapa en que se encuentra. En San Carlos precisan, además, que todas las decisiones en ese sentido deben pasar por el jefe del área, Rodrigo Astudillo. Lo concreto es que sin la certeza que ya tenía su hermano, quien ha sido citado en encuentros de la competencia de Fútbol Joven, Alejandro optó por buscar un nuevo destino. “Suele pasar en el fútbol, sobre todo cuando se trata de hermanos. A uno le toca dar la vuelta larga”, explican en la precordillera.
Personalidad y nervios
El técnico argentino Carlos Acuña, quien tiene a su cargo la categoría, lo incorporó a los trabajos. No hay concesiones especiales por tratarse de un familiar directo de uno de los jugadores más trascendentes de la Generación Dorada. De hecho, en sus primeras horas en el Cacique, ha sido Medel el que ha debido adaptarse a nuevas exigencias. La primera, estrictamente técnica: ha tenido que mutar su demarcación en el campo de juego. Si en los cruzados se formó como mediocampista (”un volante mixto, aunque de características más defensivas”, apunta uno de los compañeros con los que comparte en el reducto albo), en el Cacique fue relegado a la posición de lateral. Por sus cualidades, con poca presencia ofensiva.
Medel junior está en pleno período de adaptación en Macul. De hecho, llama la atención por algunas de sus cualidades. “Tiene características como las del papá, harta personalidad. Es un jugador dinámico, por sobre todo”, lo avala uno de los jugadores de la categoría. Sin embargo, de inmediato surge una acotación. “Está un poco nervioso. En la cancha igual habla harto. Por ese lado, se hace notar”, explica.
En el plantel que dirige Acuña, el arribo del jugador generó sorpresa. Recuerdan, por ejemplo, que llegó justo un día en que había práctica de fútbol y que en el primer entrenamiento jugó los últimos 25 minutos. También valoran que maneja ambos perfiles y que con el balón en los pies no es precisamente un virtuoso, pero que suple sus eventuales deficiencias con muchas ganas. “Es más de repartir juego y de estar atento a las marcas. No es muy ofensivo que digamos”, es la primera valoración que surge en la intimidad del Cacique. Con el transcurso de los días, el técnico transandino lo ha ido rotando en diversas posiciones de la cancha, precisamente con la finalidad de examinar sus potencialidades.
Fuera del campo, ya ha generado los primeros lazos. Con quien tiene mayor afinidad es con el colombiano Marco Vallecilla, precisamente con quien aparece en la imagen que entregó las primeras pistas respecto de su cambio de aires. También comparte regularmente con Abdiel Muñoz y Nicolás Garrido. Sus compañeros procuran adaptarlo aunque, otra vez, sin consideraciones especiales. “Para nosotros, es uno más del grupo”, sentencia su nuevo compañero.
Original de La Tercera
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