Arturo Vidal está a sus anchas en el Flamengo. El Rey llegó al equipo en el que siempre quiso jugar y al que le había hecho guiños desde que estaba en Europa en condición de estrella. Sin ir más lejos, percibirá el sueldo más alto del fútbol brasileño y ya fue ovacionado en el Maracaná, el mítico recinto en que tendrá que jugar periódicamente como dueño de casa. Por cierto, ya sumó aplausos en el debut frente al Avaí. Si a eso se suma el entorno paradisíaco que lo rodea, la realidad que está viviendo el seleccionado chileno se acerca decididamente a la perfección.
La virtualidad corre por otro lado. En todos sus años como integrante de la elite del fútbol mundial, el King apareció en los principales simuladores del balompié. Su rating, vale decir, la valoración que se le asigna a la réplica de los jugadores, reconocía su estatus en el concierto mundial tanto en el PES (hoy E-Football), la creación de Konami, como en su archirrival, el FIFA, la inspiración de EA Sports. De la última saga llegó a protagonizar la portada. En FIFA 14 y FIFA 15, que fueron lanzados en septiembre de los años precedentes, ocupó la portada para Latinoamérica junto a Lionel Messi.
En la de 2023, en cambio, el escenario cambiará: Vidal ni siquiera estará incluido en la lista de jugadores disponibles, al menos a nivel de clubes.
Sin contrato
Por esos días, el King mantenía una relación comercial con EA Sports, la firma canadiense que produce el título y que este año lo presentará por última vez con la licencia del ente rector del fútbol mundial. Los montos nunca fueron revelados, aunque eran mucho menos cuantiosos que en otras alianzas comerciales. De hecho, en la mayoría de los casos, el acuerdo se traduce en presencia a nivel internacional y algunas copias a modo de cortesía. El beneficio económico es marginal, pero la posibilidad de que la respectiva figura esté en manos de millones de gamers en el mundo constituye un atractivo irrechazable para muchos.
Hoy, Arturo Vidal no tiene ningún acuerdo comercial con ningún desarrollador de videojuegos. Eventualmente, su licencia podría ser utilizada a través de la FifPro, la entidad que agrupa a los futbolistas a nivel mundial, que también tiene relación directa con la desarrolladora. Sin embargo, ese camino también está cerrado y por varias vías.
EA no cuenta con la licencia oficial del Brasileirao, lo que ya resta una opción. El Flamengo aparece en el título en la versión de 2022, pero solo por un vínculo ineludible: está obligado por la Conmebol a acceder a su inclusión en el modo Copa Libertadores, pero los nombres de sus jugadores son genéricos. A modo de ejemplo, Gabigol, otra de las figuras del equipo rubo-preto, en el juego se llama Oswaldinato.
“Los jugadores de los clubes brasileños tendrán nombres genéricos y no estarán incluidos en FIFA Ultimate Team. Anunciaremos a los usuarios de FIFA 22 los nombres de los jugadores cuando la información esté disponible”, comunicó EA Sports en septiembre del año pasado. Como es altamente probable que no se produzcan actualizaciones de plantillas hasta que se lance una nueva edición del simulador, Vidal abandonará el FIFA como jugador del Inter de Milán.
Para colmo, hay otra traba que incide decisivamente, que EA Sports explicó en 2019. “El problema que hemos tenido estos últimos años con la liga brasileña es que los contratos están cubiertos por la entidad FIFPro. Como tal, los futbolistas brasileños no están representados por una asociación o entidad jurídica, así que tenemos que negociar en solitario con cada uno de ellos”, sostuvo en esa oportunidad. En la práctica, eso implicaría negociar con más de 600 jugadores por separado.
En efecto, hubo un chileno que se vio involucrado en esa disputa. Gonzalo Fierro, quien actuó en el Flamengo, desapareció de la entrega incluso después de que salió del equipo carioca, donde actuó entre 2008 y 2011, cuando ya defendía nuevamente a Colo Colo. El Joven Pistolero, quien no llegó a un acuerdo para el uso de su imagen, había sido parte de una demanda colectiva que terminó reportándole unos ocho millones de pesos, pero le costó desaparecer para siempre del simulador.
Fuente: La Tercera