Los deportistas parecieran ser seres superiores, especialmente en lo que a actividad física se refiere.
Sin embargo, muchos de ellos tienen los mismos miedos que comparten los hombres en el campo de la sexualidad y aumentados por la necesidad de demostrar su condición de “machos”.
Además de una educación sexual nula, Sonia García, psicóloga y sexóloga, autora dellibro “Los enemigos del sexo”, apunta otras razones por las que pueden nacer estas inseguridades, como vivir en carne propia experiencias traumáticas o conocer situaciones que han sufrido otras personas en este ámbito. La experta también hace alusión a
aquellas referencias inadecuadas en el sexo como, por ejemplo, el porno o la falta de autoestima.
Según la profesional, estos son los principales temores que enfrentan los deportistas a la hora de “probar” su capacidad sexual:
- Dejar insatisfecha a la pareja. Aparece en el deportista una excesiva preocupación de ser incapaz de complacer, de que su desempeño sexual no sea el esperado y de que, finalmente, la otra persona no consiga tener el orgasmo.
- Sufrir problemas de erección. El conocido “gatillazo” es un problema que horroriza a los deportistas y que se relaciona directamente con su propia autoestima. “Tienen la idea equivocada de que siempre hay que estar preparado y dispuesto para tener relaciones sexuales, sin tener en consideración el cansancio, estrés y preocupaciones del día que van a influir en el rendimiento sexual”.
- Eyacular de forma prematura. La eyaculación precoz es otra de las grandes preocupaciones de los hombres. El hecho de terminar demasiado rápido y de que la pareja se quede insatisfecha hace que estas personas tengan una conducta focalizada en retrasar la eyaculación.
- Comparar el sexo con el de otros amantes. Hay deportistas que se obsesionan con lograr un buen rendimiento sexual para quedar por encima de otras relaciones sexuales que haya tenido la pareja.
- Complejo de pene pequeño. El tamaño del pene suele ser otro de los temores más habituales. Proviene de la idea equivocada e incentivada en los sitios porno, de que la mujer disfrutará más en la penetración con un pene de proporciones abultadas.
Estos factores acaban perjudicando a la vida sexual del deportista que los sufre, “hasta tal punto que se puede generar un rechazo absoluto a la sexualidad. Asimismo, se puede desarrollar una “baja autoestima, ansiedad, depresión y otros problemas de deseo sexual, de excitación, de llegar al orgasmo y de dolor.
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