El Mundial está lejos y Martín Lasarte lo sabe. El uruguayo tiene claro que para llegar a Qatar debe realizar un milagro. El equipo de Todos que rescatar al menos un punto en Brasil, donde la Roja solo sabe de derrotas y donde la escuadra de Neymar y compañía han cosechado puros triunfos en estas Eliminatorias. Luego deben ganarle a Uruguay en San Carlos y esperar que Perú y Colombia no sumen sus seis unidades, para al menos optar al repechaje.
Por lo mismo, el adiestrador de la Roja buscó que varios de sus dirigidos llegaran este viernes a Juan Pinto Durán, para poder tener más días de trabajo y evitar que un contratiempo de última hora -contagio de coronavirus, por ejemplo- merme las variantes que podría presentar ante la Canarinha y la Celeste.
Pero sus buenas intenciones chocaron con la dura respuesta de los clubes, quienes se apegaron a la normativa de la FIFA y negaron el préstamo de sus futbolistas antes de enfrentar sus respectivos compromisos. O sea, con mucha suerte y dependiendo de los vuelos, recién este lunes podría contar con gran parte de sus dirigidos. Este miércoles ya se estarán embarcando rumbo a Río de Janeiro.
Y si las instituciones extranjeras no dieron su brazo a torcer, las chilenas tampoco mostraron gran disposición a los deseos de Machete. Universidad Católica no estuvo dispuesta a desprenderse de Sebastián Pérez, Marcelino Núñez y José Pedro Fuenzalida antes de ir a Rancagua -este sábado- para jugar con O’Higgins e intentar de salir de la crisis por la que pasa en este Torneo.
En tanto, Colo Colo -que ya parece haber encontrado el rumbo- tampoco facilitará a Brayan Cortés ni a Gabriel Suazo sin jugar con Palestino este domingo, los mismos que desean contar con Luis Jiménez para el duelo con el Cacique. “Me parece que todos los jugadores citados a la Selección no deben faltar ni a sus clubes ni a la Selección. Hay que planificar los partidos, para que todos los jugadores puedan jugar en sus equipos y puedan ir también a la Selección”, aseguró el técnico de los blancos, Gustavo Quinteros. Y acto seguido sentenció: “Si los jugadores son citados un viernes, debemos jugar un jueves para que el jugador pueda estar en los dos lados”.
Dadas estas circunstancia, Lasarte se convenció que no sacaba nada con tener a unos pocos corriendo en Macul, sin poder realizar fútbol o trabajo táctico, mientras esperaban la llegada de sus compañeros, por lo que echó pie atrás y planificó días intensos desde el comienzo de la próxima semana.
Fuente: La Tercera
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