Jugar en un monumento levantado por los Tudor y cambiarte en un vestuario levantado hace tres siglos no es algo que puedas hacer todos los días, salvo que juegues en The Stanks
Llegas con tu bolsa de deporte al estadio. Tras acceder al recinto, te marchas en dirección al vestuario, donde sobre su puerta reza una fecha: 1755. Tras cambiarte en una pequeña habitación de piedra, saltas al césped, que está rodeado por unas murallas con varios siglos de antigüedad y por las que el paso del tiempo se deja notar. Es el momento de disfrutar del balón. No en vano, no todos los días se juega en el campo de fútbol más antiguo del mundo: bienvenidos a The Stanks. Se trata de uno de los lugares más impresionantes de toda Inglaterra, un lugar en el que se escribió la historia de toda una nación y que, muchos años más tarde, se ha convertido en uno de los campos benéficos por antonomasia, donde de disputa uno de los torneos más importantes del país. Es una zona amurallada ubicada en Berwick-upon-Tweed, en Northumbria (Inglaterra), y su propio encanto lo convierte en un espacio único en todo el mundo. Más si hay un balón de por medio.
The Stanks -palabra que desciende de un vocablo escocés que significaba ‘zona pantanosa’- es un foso defensivo que empezó a levantarse en el siglo XVI y acabó en el XVIII, ubicado entre el Bastión de Latón y el Bastión del Monte del Viento. Históricamente, se trataba de una posición estratégica, donde se aprovechaban los muros y el terreno para detener al enemigo. Siglos después, se le encontró un nuevo uso: una especie de nevera para mantener frescos los salmones que pescaban. Ambos empleos desaparecieron con el tiempo, pero las murallas seguían en pie. La temperatura cambió y, con ello, pasó a haber más sol y menos humedad y, aquella zona que era pantanosa, boscosa y difícilmente transitable, paso a ser un tranquilo pasto. Eso llevó a los creadores del fútbol a darse cuenta del potencial que tenía The Stanks: ¿por qué no convertirlo en uno de los campos de fútbol más míticos e impresionantes del mundo? Dicho y hecho, el balón comenzó a rodar en su césped.
Sería en 1948, en plena recuperación tras la II Guerra Mundial, cuando los habitantes locales decidieron crear la denominada Berwick Charities Cup. Se trata de un torneo benéfico al que se apuntan equipos amateurs y en los que los ingresos obtenidos se destinan a fines solidarios. Desde que se pusiera en marcha el torneo, se ha jugado de manera ininterrumpida y puede presumir de ser uno de los grandes eventos de la zona… aunque en 2017 estuvo a punto de ver su fin. Aquel año, tan solo nueve equipos se inscribieron en el torneo, lo que llevó a los organizadores a valorar la posibilidad de no jugarlo. Sin embargo, la prensa se volcó con el torneo benéfico de mayor antigüedad de la zona y salvaron aquel ‘match ball’. Ni la pandemia de covid lo ha detenido y tiene el honor de recaudar anualmente entre 6.000 y 10.000 euros. Se ha convertido en toda una referencia en la zona. ¿Quién no querría levantar el título de campeón en el estadio más antiguo del mundo?
Es más, tiene el honor de ser la estructura de los Tudor más antigua de Inglaterra, cuyas murallas llegaron a costar unos 150.000 euros de la actualidad. Eso sí, su cercanía con el propio césped ha provocado más de alguna lesión entre los jugadores. Como cada año, entre mayo y julio, tendrá lugar la edición de 2022: ¿quién será capaz de llevarse el título? Posiblemente, sea lo menos importante, cuando sabes que eres parte de la historia por jugar en un monumento del siglo XVI: es The Stanks.
Original de Rubén Rodríguez, https://www.elconfidencial.com/
@estudioestadio
El pase de diapositivas requiere JavaScript.
