La pandemia de Covid-19 continúa haciendo estragos en el fútbol chileno, especialmente, en la economía de los clubes. Así lo demuestran los últimos estados financieros de Colo Colo, Universidad Católica y Universidad de Chile, los que arrojan cuantiosas pérdidas hasta septiembre de 2021.
El equipo de Gustavo Quinteros no solo sufrió en la cancha, donde perdió el título a manos de los cruzados, sino también fuera de ella. ¿La razón? El Cacique es el que tiene el peor rendimiento de los tres grandes en el ámbito económico, ya que durante el tercer trimestre del año pasado sufrió mermas por 1.040 millones de pesos. Así, en los primeros nuevos meses acumuló un déficit de $ 2.431 millones, es decir, casi tres millones de dólares.
“Las causas de esta baja se deben principalmente a la disminución de los ingresos de actividades ordinarias y al aumento de los costos de un 12%”, explica Blanco y Negro, la sociedad anónima que administra a Colo Colo.
La ausencia de público en los estadios, producto de la crisis sanitaria generada por la pandemia, golpeó fuerte la caja del elenco de Macul, que advierte que el 30% de sus ingresos proviene de las recaudaciones. Además, tampoco tuvo competencias internacionales, a diferencia de 2020, cuando participó en la Copa Libertadores, donde terminó último de su grupo.
Con respecto a los egresos, el argentino Nicolás Blandi sigue siendo un dolor de cabeza en el Monumental. “El aumento en los costos de ventas se debe principalmente al acuerdo con el jugador Nicolás Blandi para poder colocar término anticipado a su contrato que mantenía con Blanco y Negro S.A., el que expiraba en diciembre de 2022 y también a la venta del jugador Martín Rodríguez”, detalla la concesionaria.
Al respecto, la salida del argentino, que se fue a Unión de Santa Fe, tuvo en efecto negativo de 402 millones de pesos, según los resultados financieros de los albos, hasta septiembre de 2021. Sin duda, uno de los desaciertos más graves del subcampeón del fútbol chileno.
El tetracampeón también sufre
Universidad Católica fue el equipo que registró el peor tercer trimestre de los clubes grandes, ya que, entre julio y septiembre, perdió $ 1.183 millones y acumuló un déficit anual de 2.088 millones de pesos.
Según Cruzados, estas cifras se explican por la baja en los activos corrientes, que disminuyeron en un 15,5% en relación al 31 de diciembre de 2020. “Esta variación se destaca principalmente por la disminución en los Deudores Comerciales”, explica el tetracampeón del fútbol chileno.
El aumento de los pasivos corrientes también influyó en los resultados negativos del cuadro de la franja, ya que tuvieron una variación de un 91,16%, debido en gran parte al aumento en cuentas comerciales por pagar y otras cuentas corrientes por pagar.
“Con todo, el patrimonio de la sociedad 30 de septiembre de 2021, disminuyó en un 13,19%, producto del aumento de los pasivos corrientes y del resultado negativo en el período 2021″, concluye Cruzados.
Los números rojos influyen en el armado del plantel 2022, ya que la UC nuevamente intentará reforzarse a bajo costo, principalmente, bajo la modalidad del arriendo de pase, como ya lo hizo con el volante Sebastián Galani. Mientras que a la mayoría de los jugadores que terminaban contrato les ofreció continuar con una fuerte reducción salarial. El propio gerente deportivo, José María Buljubasich, fundamentó la política del club en los azotes de la crisis sanitaria.
“Estos últimos dos años hemos tenido pérdidas, debido a la pandemia. No hemos tenido gente en los estadios durante casi todo el 2020 y la mitad de 2021. No hemos podido vender jugadores para nivelar el presupuesto y hay una cierta incertidumbre con respecto a 2022, por lo que está pasando en Europa”, advirtió el Tati, hace algunas semanas.
La U minimiza el impacto
Universidad de Chile tuvo un 2021 para el olvido, tanto en lo deportivo como en lo económico. Sin embargo, fue el que obtuvo mejores resultados financieros entre los grandes, al menos, hasta donde se ha contabilizado.
De todas formas, igualmente se trata de números rojos, ya que la U perdió 679 millones de pesos entre julio y septiembre del año pasado, con lo que acumuló un déficit de $ 1.529 millones en los primeros nueve meses del ejercicio anterior.
Azul Azul disminuyó sus activos corrientes en un 7%, mientras que los activos no corrientes cayeron un 4%. “Además, afecta esta disminución la baja del pase del jugador Ángelo Henríquez, producto del término anticipado del contrato”, apunta la concesionaria laica.
Los universitarios también responsabilizan a la pandemia. “La pérdida consolidada al 30 de septiembre de 2021 comparada con la registrada a igual período anterior, representa un aumento del 684%, esta variación es producto de caída en ingresos en la recaudación de los eventos deportivos durante 2021 productos de las restricciones sanitarias impuestas por la autoridad sanitaria. Además, a igual período del año anterior se había materializado la transferencia del jugador Luis Rojas”, agregan.
Mientras que los pasivos no corrientes presentaron un aumento del 126%, producto del refinanciamiento de los compromisos bancarios, “los cuales fueron financiados con obligaciones financieras entre Azul Azul S.A. e Inmobiliaria Macul Sartor e Inversiones Gross Ltda., créditos que son a 5 años plazo”.
Por último, la U también disminuyó su patrimonio. “El patrimonio de la Sociedad al 30 de septiembre de 2021, disminuyó en un 15%, producto de la pérdida neta, en relación al 31 de diciembre de 2020″, cierran la entidad presidida por Michael Clark.
Original de La Tercera
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