El atacante juvenil del Cacique, que deslumbró a los hinchas albos en su debut en el Estadio Monumental ante Huachipato, recordó sus primeros días en el Fútbol Joven de Colo Colo y lejanía con sus padres.
Jordhy Thompson supo aprovechar los pocos minutos de acción que vio ante Huachipato el sábado pasado, arriesgándose con verdaderos lujos enfrentando a los defensores acereros y buscando marcar diferencias en el ataque del Cacique.
El joven jugador es uno de los tantos interesantes proyectos del fútbol Joven albo que están empezando a ver la luz en el primer equipo del Cacique, recibiendo la oportunidad por parte de Gustavo Quinteros de brillar con luz propia.
En conversación con Fútbol Joven Chile el delantero recordó lo que fue llegar a Colo Colo y sus primeros meses en la Casa Alba, afirmando que fue Héctor Tapia el primero en contactarlo para llevárselo al Estadio Monumental.
“Estaba jugando en un club que se llama Impacto y de repente aparece Tito Tapia con un preparador físico. Ellos me vieron y me contactaron, llamaron a mi mamá y me consiguieron una prueba, tenía 7 años. Vine y quedé. Venía a los partidos importantes, venía dos semanas a la pensión y después me iba de nuevo. A los 11 me quedé definitivamente en Casa Alba”, señaló Thompson.
En esa misma línea el relato el juvenil recordó que “las primeras dos semanas lloraba, extrañaba a mi familia, cuando iba pasando el tiempo me iba acostumbrando. Cuando chico me portaba súper mal, era muy maldadoso. No me quedaba quieto, iba a molestar a mis compañeros. Entonces eso hacía, ahora no, solamente cuando era chico. los profes me retaban todo el rato (ríe)”.
“Es una familia, prácticamente somos hermanos. Siempre nos estamos apoyando. Al que está mal lo subimos para arriba, el que está triste lo apoyamos. Somos una familia”, agregó.
Para finalizar, valoró la cercanía que tuvieron con el fútbol joven albo tres jugadores del primer equipo que ya no están en la institución. “Martín Rodríguez, en los entrenamientos me enseñaba lujos, súper buena onda, igual que Brayan Véjar o Felipe Campos, me llevaba super bien con ellos, eran súper apegados a los juveniles. El Tin me enseñaba lujos, pero eran muy difícil, me dejaba loco”, concluyó.
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